Cuando Kamala Harris sucedió a Joe Biden en la carrera electoral por la presidencia de Estados Unidos (5 de noviembre), los responsables de comunicación pasaron de ubicar a una persona (valga la expresión) en segundo plano en el primer tiempo de saludo para enfrentarse a Donald Trump. Y así se ha demostrado, por ejemplo, en el ‘frente televisivo’, su condición de vector esencial en la comunicación.
Como señala Julio García Gómez, experto en expresión y estrategias de comunicación de la Fundación Casaverde, de presencia habitual en diversos medios (más aún en fechas como éstas): “Sin duda, hay un antes y un después en la forma de expresar y en la estrategia de comunicación de Kamala Harris. Es evidente una evolución en su lenguaje verbal y gestual, en como ella ha ido modelando, poco a poco, una figura de candidata progresista, que ha sabido captar la atención de los espectadores de televisión y la de quienes asisten de manera presencial a sus comparecencias públicas”. Y apunta sobre el reciente debate en la ABC: «El lenguaje no verbal deja al descubierto a una Kamala segura y firme en su mirada concentrada en el espectador y a un Trump enojado, tenso y estático ante la cámara. Hay un manejo estratégico de la voz por parte de Harris fruto de su hábito de expresión como abogada, que le viene muy bien para dar titulares y llamar la atención del votante».
Lo que fueron titubeos o algún traspié en años anteriores ha mutado, por lo tanto, en comunicación más clara y eficiente, como base de una campaña de comunicación para construir una ‘remarca’ personal de Harris para aspirar a presidir un país tirando a muy complejo en el que hay que contentar no sólo a los propios votantes, sino también a los indecisos (ha llegado a comentar “Si alguien entra en mi casa, recibirá un disparo”). En todo caso, tiene muy claro hacer valer, en el frente del debate, su experiencia como fiscal general de California: “Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas».
Concisión, emoción y apelaciones a la inclusión se combinan en los mensajes de la candidata que cuentan, además, con toda una batería de acciones en redes sociales para llegar a diversos públicos (sobre todo, los jóvenes). “En cuanto a la estrategia de comunicación en medios y redes (señala García Gómez) , su equipo de asesores ha intentado por todos los medios poner al día a la contrincante de Trump propiciando llegar al electorado joven a través de, por ejemplo, TikTok, donde se abrió una cuenta oficial el pasado mes de julio que acumuló en pocas horas más de tres millones de seguidores en 24 horas. En su mensaje de apertura de la cuenta dejó patente la importancia de la aplicación de comunicación social para la campaña presidencial de 2024, como una herramienta para llegar a los votantes de una manera transversal, cómoda para el usuario y, a la vez, impactante”.
Como destaca el analista: “Su campaña en redes está diseñada para captar a los votantes de menor edad que no ven la televisión tradicional, no escuchan la radio convencional, ni leen un periódico generalista ni especializado. La Generación Z valora interactuar en las redes y la información al instante que entre por los ojos, sin más esfuerzo. El equipo de planes de comunicación para Kamala tiene entre sus objetivos ‘humanizar’ a la mujer política (conectada con la realidad, con la actualidad) y enfatizar su proximidad con la sociedad, como parte del entramado cultural de todas las clases sociales”.