Corporate Excellence-Centre for Reputation Leadership ha reunido en su Conferencia Anual (bajo el lema ‘Inteligencia artificial y reputación corporativa: urgencia, impacto y liderazgo estratégico’), a más de 500 profesionales y directivos para analizar el impacto de la Inteligencia Artificial en la reputación corporativa y la mitigación de riesgos reputacionales. La fundación ha presentado, además, un ebook en el que se abordan las claves para integrar la IA en las organizaciones desde la ética, la gobernanza y la coherencia corporativa como palanca de generación de confianza, buena reputación y transformación de los modelos de negocio.
Como destacaron desde Corporate Excellence: “La reputación corporativa, un activo esencial para competir, crecer y generar confianza, se consolida en 2025 como un activo financiero clave, representando de media el 29% de la capitalización bursátil de las compañías del FTSE 350 y actuando como un indicador directo de confianza, resiliencia y capacidad competitiva. Pese a la volatilidad global, el valor reputacional se mantiene estable y se confirma como amortiguador estratégico frente a la incertidumbre. Su impacto varía por sectores, pero en todos los casos es determinante para sostener la credibilidad del negocio”.
Durante el encuentro se destacaron los principales vectores de desarrollo, como en los casos del valor a largo plazo, calidad de producto, competitividad, solidez financiera, talento, innovación y ESG, que contribuyen “a un constructo multidimensional que hay que gestionar de forma integrada para que se convierta en una ventaja competitiva esencial para crecer, atraer inversión y generar confianza sostenible”.
“La IA (señaló María Luisa Martínez Gistau, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de CaixaBank) nos permite dar un paso adelante en la gestión de la comunicación, desde la monitorización en tiempo real de la conversación social hasta la personalización de mensajes o la predicción de crisis reputacionales. Pero su implementación también conlleva grandes desafíos que debemos abordar: la desinformación, los ‘deepfakes’ o la homogeneización de la comunicación”. Y Marcos Fraga, director de Comunicación y Marca de Repsol, añadió que “esta revolución no es únicamente tecnológica. Es una revolución cultural y ética. Nos interpela sobre cómo queremos usar la IA, con qué valores y bajo qué principios. Nos permite ser más eficientes, ágiles y conectados, mejorando la experiencia del cliente y optimizando procesos. Pero también nos exige responsabilidad”.
El evento también contó con una mesa redonda moderada por Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence, con reflexiones de directivos de BBVA, CaixaBank, Quirónsalud, Repsol, Santander y Telefónica que coincidieron que la IA abre oportunidades para mejorar la anticipación, la eficiencia y la toma de decisiones, pero también exige reforzar la gobernanza y proteger la reputación y la confianza en un escenario marcado por la desinformación, la automatización y el acceso a datos como palanca de innovación y competitividad. En ella, Alloza subrayó cómo
“en el futuro, las organizaciones que liderarán y marcarán la diferencia serán aquellas que sepan combinar la IA con una gestión estratégica de la reputación y de los riesgos reputacionales que les permita acceder de forma ética y responsable a los datos necesarios para personalizar la experiencia de cliente, la segmentación de mensajes y el desarrollo de nuevas aplicaciones y modelos de negocio”.
La jornada concluyó con la mención a siete claves para integrar la IA con impacto reputacional:
1. La IA es una revolución estratégica que redefine la excelencia empresarial y acelera la transformación de las organizaciones
2. Los riesgos de la IA son estructurales, éticos y estratégicos, y solo pueden abordarse con una visión clara de la reputación y la licencia social para operar.
3. La gobernanza ética será la nueva ventaja competitiva, impulsando modelos de supervisión basados en transparencia, interpretabilidad y trazabilidad.
4. La IA exige liderazgo transversal y perfiles híbridos, capaces de unir tecnología, comunicación, reputación, ética y gestión del riesgo.
5. La confianza y la buena reputación son los activos más valiosos para que los grupos de interés estén dispuestos a ceder los grandes volúmenes de datos que requiere la IA, en un contexto saturado de desinformación y de desconfianza.
6. Bien gestionada, la IA multiplica el valor de la reputación y acelera la excelencia, permitiendo mejorar la escucha activa, anticipar crisis y personalizar la comunicación.
7. Liderar con propósito y visión sistémica será determinante para poner la tecnología al servicio del progreso y del impacto positivo en la sociedad.