La Inteligencia Artificial se ha convertido en un vehículo que no para de acelerar, tanto que la disrupción llega día a día, con constantes anuncios de las ‘big tech’ sobre sus progresos en este ‘must’ de la era de los datos. Así ha sucedido, sin ir más lejos, con el reciente anuncio de Apple del sistema de IA Apple Intelligence para los últimos modelos de iPhone, iPad y Mac.

Tiempo, por lo tanto, para actualizarse con unos procesos que ya hacen parecer a los buscadores (la base del potencial de la IA) como rudimentarios… y que preocupan a todo tipo de sectores, con la comunicación y el marketing en primer tiempo de saludo. La IA se abre paso, bit a bit, en el proceso de seleccionar datos, de contarlos, de elaborarlos, de presentarlos, capaz de preparar presentaciones, de transcribir y resumir reuniones telemáticas (toda una ‘killer application’)… a partir de aquí, y como estableció Umberto Eco hace 60 años (en su caso sobre el fenómeno de comunicación de masas), toca ubicarse entre los ‘apocalípticos’ o los ‘integrados’.

Como parte del segundo grupo, la periodista Miren Agirregomezkorta Iza destaca con sus posts en LinkedIn, elaborando, además, newsletters con todo tipo de consejos prácticos para aplicar la IA en la generación de contenidos. Al hablar con ella sobre herramientas que pueda destacar en este nuevo universo, Miren destaca “dos de las más útiles, en mi opinión, son Perplexity y Copilot: la primera, porque es capaz de buscar fuentes relevantes y citarlas adecuadamente en sus respuestas; la segunda, porque permite navegar por documentos y páginas web con ayuda de la IA. Pero, en cualquier caso, ninguna herramienta supera a la ‘prima donna’: ChatGPT sin duda es la opción más potente, versátil y accesible, más aún desde el lanzamiento de su nuevo modelo, ChatGPT 4o, hace apenas unas semanas”.

“Ya es hora (añade) de dejar de lado esa cantinela que dice que ‘ChatGPT escribe sin alma’: por supuesto que una máquina redactará de forma mucho más insulsa que un humano, ¿cómo cabría esperar lo contrario? Lo que las empresas y profesionales del sector del marketing y la comunicación deben entender es que la IA no es sólo, ni siquiera principalmente, un asistente de redacción. Nos puede ayudar, también, a entender mejor a nuestro cliente ideal, a buscar y ordenar información, a resumir documentos complejos, a elaborar borradores de todo tipo de textos, a pensar nuevas ideas o formas de enfocar un texto, a revisarlo según criterios específicos, a reformatearlo para otras plataformas y un largo etcétera”.

Un par de apuntes a tener en cuenta en un tiempo ‘líquido’ en los que los ingenios avanzados por los clásicos de la ciencia ficción los tenemos al alcance de la mano, capaces de sorprendernos en progresión en una época de sorpresas. Dicho lo cual, y resumiendo, no hay que perder de vista (punto de vista ‘integrado’) que la IA es una herramienta y que la Responsabilidad Social Empresarial del siglo XXI pasa por pensar nuevas y mejores formas de trabajar sin necesidad de engrosar las cifras del paro.