A principios de enero, me incorporé como socio a la consultora de comunicación y asuntos públicos, BeConfluence, tras más de 15 años como director de comunicación en CLH, la principal empresa de almacenamiento y transporte de productos petrolíferos de España, además de una de las mayores compañías privadas dentro de su sector a nivel internacional, donde tuve la oportunidad definir y llevar a cabo la política de comunicación y de relaciones institucionales de esta gran compañía, así como su plan de responsabilidad social corporativa, con la ayuda de un gran equipo.
Este cambio, de dircom a consultor, supone para mi un momento muy importante, un comienzo muy motivador en mi carrera profesional. Tras un largo camino en el mundo de las organizaciones, estoy ante un reto apasionante e ilusionante, un entorno distinto, donde la consultoría te permite trabajar en proyectos muy diferentes, con equipos multidisciplinares, muy competitivos, y con una dinámica muy distinta a los modelos corporativos. Sin embargo, me uno, con muchas ganas, al excelente equipo que compone esta consultora de comunicación y al que espero poder aportar toda la experiencia aprendida, en materia de comunicación corporativa y en el desarrollo de proyectos de sostenibilidad, además de sumar nuevos e interesantes activos.
Uno de estos proyectos en los que me veré involucrado, en esta nueva etapa, es en la puesta en marcha de un proyecto que considero de alto interés para los profesionales de la comunicación. Se trata de un proyecto de investigación transversal para analizar cómo se crea la opinión pública en relación con los diferentes sectores empresariales en este entorno actual y turbulento en el que estamos viviendo actualmente. Como se ha podido ver, la reputación es uno de los puntales de mi profesión.
La importancia de la reputación
Después de haber estado involucrado en diferentes proyectos de responsabilidad corporativa a lo largo de toda mi vida profesional, y ver cómo cada vez más empresas y organizaciones la incluyen en sus políticas, todavía veo necesario trabajar en este aspecto. ¿Por qué? Vivimos en una sociedad cada vez más transparente pero paradójicamente también más desinformada, ante la enorme dificultad que existe para distinguir la información fiable y veraz, entre la ingente cantidad de contenidos que nos llegan cada día, a través de los medios de comunicación tradicionales y de las redes sociales.
En este contexto, las organizaciones y las empresas deben ser capaces de dirigirse a todos sus grupos de interés (clientes, empleados, proveedores, accionistas, sociedad..) con un mensaje que sea coherente con su propósito corporativo y sus valores, pero sobre todo con su manera de actuar, para reforzar su reputación a largo plazo.
Considero que la estrategia de comunicación juega y jugará, siempre, un papel fundamental. Una comunicación transparente y respaldada por una actuación responsable, no solo de las organizaciones, sino también de sus líderes, ayudará a crear confianza entre todos los grupos de interés y tendrá un impacto positivo en el desarrollo de las actividades empresariales y de negocio y sobre todo en el bien de la sociedad. Por ello, a la hora de elaborar una estrategia de comunicación siempre recalco que hay que tener presente cuatro ejes: saber qué demandan nuestros grupos de interés, identificar a quién tenemos que dirigirnos, comprender para qué hacemos las cosas, y conocer cómo hacerlo.
En definitiva, hacer las cosas bien y contarlas. Porque una buena reputación basada en una actuación responsable y sostenible será siempre nuestro mejor activo y especialmente en estos tiempos turbulentos que vivimos.
Estoy seguro que me esperan muchos nuevos retos en esta apasionante etapa de mi vida, donde toda mi experiencia podrá ayudar a muchos proyectos y organizaciones junto con el know how de todo el equipo de BeConfluence, y también marcar una ventaja competitiva como consultora de comunicación y asuntos públicos en su sector.
Por Pedro Martínez, socio de BeConfluence.