En las últimas semanas se ha hablado con frecuencia en los medios de comunicación, en los pasillos de oficinas y en las cenas familiares que tienen por costumbre entrar en materia de actualidad, del protagonismo que está recabando la República Checa en el escenario europeo. ¿A qué se debe esto? La respuesta es bien sencilla: a la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. 

El Consejo de la UE es uno de los pilares más relevantes del entramado institucional europeo. En esencia, se trata de uno de los órganos decisorios en lo que a toma de decisiones conjuntas se refiere, sobre todo, de cara a la coordinación de políticas entre Estados miembros (EE.MM.). Precisamente, los Estados miembros toman protagonismo en esta institución por otro motivo no poco relevante: son quienes ostentan la presidencia. 

Se trata de un sistema rotatorio en el que cada seis meses, uno de los 27 países que conforman la UE lidera el órgano europeo. Ello implica acoger en su territorio todas las sesiones, y a todos los niveles, que deban tener lugar en el seno del Consejo. Dado que el periodo semestral es un margen demasiado breve en el tiempo como para alcanzar objetivos a escala europea en el medio y largo plazo, para una consecución más eficaz de las metas, los Estados miembros están divididos en “Tríos”. Cada tripartito prepara conjuntamente un plan de trabajo que, sumando las tres presidencias, se desarrollará en dieciocho meses. El Trío que está teniendo lugar actualmente es el conformado por Francia, República Checa y Suecia (enero 2022 – junio 2023). 

El órgano europeo sienta dos principales objetivos que todo país presidente debe cumplir durante su mandato. Primero, planificar y hospedar las reuniones del Consejo. Segundo, representar al Consejo en sus relaciones con demás instituciones de la Unión Europea. En particular, el Estado checo es el presidente actual. De ahí que, volviendo al tema planteado inicialmente, Praga haya acogido reuniones de ministros o de los jefes de Estado de todos los EE.MM., como el celebrado este mismo mes de octubre. 

Tras haberse despedido Francia de la presidencia del Consejo de la UE en junio de 2022, el primer ministro checo, Petr Fiala, dio a conocer el lema que motivará a República Checa a dar lo mejor de sí misma como presidenta: “Europa como tarea: repensar, reconstruir, recuperar el poder”. Un mantra que sirve de guía para no perderse en el camino de prioridades que el Estado checo considera fundamentales para fortalecer la libertad, la responsabilidad, la seguridad y la prosperidad comunes. Ese listado de prioridades incluye:

• 1. Gestionar la crisis de refugiados y la recuperación post-guerra de Ucrania
  2. Seguridad energética y acelerar la implementación del plan RePowerEU
  3. Fortalecer la capacidad de la UE en materia de defensa y ciberseguridad
  4. Resiliencia estratégica de la economía europea
  5. Resiliencia de las instituciones democráticas

Respecto al próximo Trío, el listado cronológico oficial determina que el siguiente grupo es el conformado por España, Bélgica y Hungría, en ese orden respectivamente. Por ende, será el Estado español el que en julio de 2023 -y hasta diciembre de ese mismo año- presida el Consejo de la Unión Europea y ponga en marcha durante su mandato el plan de acción acordado por el Trío hispano-belga-húngaro.

Por su parte, el Gobierno de España ya ha emitido un Informe sobre la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea 2023 elaborado por el Ministerio de Asuntos Exteriores. En sus páginas, se señala la hoja de ruta que España prevé seguir durante los seis meses de presidencia europea y que incluye ya las prioridades y objetivos a seguir.

Al final del próximo año, los españoles y europeos comprobaremos los resultados de este mandato.

Por Sandra Arévalo, consultora junior en BeConfluence