Es indudable que, desde hace más de dos años, vivimos en un mundo donde la incertidumbre y la inestabilidad han tomado protagonismo. Además, los acontecimientos que la sociedad ha estado observando con total perplejidad a lo largo de estos años y hasta día de hoy, han hecho que reflexionemos sobre la clase de mundo en la que queremos vivir en un futuro no muy lejano y donde la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) cobra gran protagonismo para todos.

Si echamos la vista atrás, observamos que, en tiempos de crisis, la solidaridad y las buenas acciones cobran especial importancia entre las empresas e instituciones. En este sentido, la RSC ahora tiene un mayor significado y se ha demostrado que las compañías con buenas prácticas de RSC son las que mejor han respondido ante este nuevo contexto y las más rentables.

La RSC no es un concepto nuevo y muchas compañías llevan implantándola desde hace tiempo, pero es cierto que el escenario en el que nos movemos hoy en día ha provocado que este elemento sea cada vez más fundamental y de los componentes más valorados por las personas. De hecho, en pleno 2022, lo importante no es saber qué es la RSC, sino saber cómo vas a implantarla para impactar positivamente en el entorno y responder a las exigencias, no solo de los clientes o trabajadores, sino también de las diversas instituciones como la Unión Europea.

Vanessa Losantos Velasco, especialista en proyectos de RSC, comenta que cuestiones como el cambio climático, la lucha contra corrupción, la erradicación de la pobreza o la igualdad de género, entre otros muchas, han ido tomando mayor protagonismo, y es que las empresas no pueden mirar hacia otro lado. “Dado el rol fundamental de las organizaciones en la sociedad, no pueden apartarse de estos temas, deben abordarlos e implementar acciones profundas para restaurar el bienestar común, que representa bienestar para la compañía misma”.

De hecho, Losantos apunta que “la reputación de la empresa y su posicionamiento en la mente del consumidor está íntimamente ligada a qué tan avanzada es su estrategia de RSC, además de qué tan bien sabe comunicarla”.

En momentos de crisis, es muy importante que todas nuestras estrategias estén muy bien dibujadas y establecidas, teniendo en cuenta que debemos poder adaptarlas y más en este tipo de contextos donde el entorno es mucho más cambiante. Para la Fundación Execyl “estos momentos de incertidumbre son en los que más impacto positivo puede generar una acertada estrategia de RSC como vehículo de nuevas oportunidades de negocio. Además, sirve como base para aportar valor a todos los grupos de interés”.

Ahora más que nunca, la RSC estará muy presente en las organizaciones, aunque “no tiene por qué responder a una estrategia voluntaria”, pero inevitablemente “las empresas tendrán que establecer mejores diálogos con sus grupos de interés y responder a sus expectativas”, concluye Losantos.

Por Sara Reñones García, Consultora de Comunicación en BeConfluence